Los departamentos de Compras continúan inmersos en una continua lucha para demostrar el valor real que pueden aportar dentro de su compañía, pero ahora cuenta con un nuevo compañero de viaje: la Inflación.
Tanto en el pasado como el futuro a corto plazo nos siguen acompañando tiempos de crisis, de inestabilidad y ahora, debemos sumarles la volatilidad y la inflación. Algunos pensarán en tirar la toalla, pero sólo los valientes ven este escenario actual como una oportunidad para salir de su zona de confort, comenzar a generar una estrategia acorde, preparada para enfrentar estos desafíos y aprovechar las oportunidades que se presenten para que sus compañía no sufra en exceso.
La volatilidad y la inflación están estrechamente relacionadas, ya que los cambios en la inflación pueden causar movimientos significativos en los mercados y, por lo tanto, aumentar la volatilidad.
La inflación es el aumento sostenido y generalizado en los precios de los productos, bienes y servicios en una economía durante un período de tiempo determinado. Cuando hay inflación, el poder adquisitivo de la moneda disminuye, lo que significa que la misma cantidad de dinero puede comprar menos bienes y servicios. Esto puede provocar una mayor demanda de productos, bienes y servicios, lo que a su vez puede llevar a aumentos de precios adicionales.
Por otro lado, la volatilidad se refiere a la medida en que los precios de los activos, como las acciones o los bonos, fluctúan en un corto período de tiempo. Si hay un aumento en la inflación, los inversionistas pueden temer que, la Reserva Federal o el Banco Central correspondiente, aumenten las tasas de interés para controlar la inflación. Esto, a su vez, puede provocar una disminución en los precios de los bonos y una caída en el mercado de valores, lo que aumenta la volatilidad. En resumen, la inflación puede aumentar la volatilidad al crear incertidumbre en el mercado y afectar la toma de decisiones.
Los continuos incrementos de precios afectan directamente al trabajo diario de todos los departamentos de Compras y el de las empresas en general. Por ello, Compras debe estar preparada con una estrategia de compras para gestionar este escenario de inflación. Algunos de estos puntos a tener en cuenta en nuestra estrategia pueden ser:
- Comunicación con el proveedor: En este escenario de volatibilidad e inflación, ahora más que nunca es necesario tener una comunicación abierta, transparente y fluida con tus proveedores para poder responder oportunamente y tener bajo control las propuestas de subida de precios.
- Digitalización: En la época actual, la compañía que no apueste por la digitalización está fuera de mercado, por este motivo el uso de una correcta plataforma de compras es necesaria, para minimizar, reducir o eliminar el tiempo de ejecución de ciertas tareas innecesarias actualmente, nos ayudan con un correcto análisis del mercado, con una correcta toma de decisiones consiguiendo reducir el impacto en esta volatibilidad de precios y rediseñar nuestra estrategia de nuevo, si ésta no fuese la correcta.
- Monitorear los precios de nuestros suministros: las empresas deben estar al tanto de los precios de las materias primas e insumos de los productos, bienes y servicios críticos para su producción. También, deberemos aplicar este proceso a tus proveedores . De esta manera, puedes prever y garantizar el suministro, planificar mejor el presupuesto de gastos, negociar mejor con tus proveedores y ajustar tus costes en tiempo. Conviene también poder ajustar el tamaño y la frecuencia de los pedidos: esto puede ser útil para abordar la volatilidad de los precios a corto y medio plazo.
- Ajustar los precios y el margen de beneficio: en un escenario de inflación, los precios de los productos, bienes y servicios tienden a aumentar. Las empresas deben ajustar sus precios en consecuencia y, al mismo tiempo, controlar sus márgenes de beneficio para no verse afectadas negativamente
- Diversificación de tus proveedores: buscar proveedores alternativos para los suministros puede ser una estrategia efectiva para reducir la exposición a riesgos de inflación. Esto permite a las empresas comparar precios y condiciones para obtener el mejor valor y reducir la dependencia de un solo proveedor
- Revisar los contratos actuales con tus proveedores. Las empresas deben revisar sus contratos con los proveedores estratégicos para asegurarse de que estén actualizados y sean justos al escenario actual. Esto puede incluir ajustar los plazos de entrega, establecer cláusulas de ajuste por inflación y en algunos casos, renegociar términos de pago más favorables para el proveedor. En la medida que sea posible, conviene poder maximizar el gasto en los contratos con condiciones anteriores a la inflación: esto puede ser una estrategia efectiva para reducir costes y proteger los márgenes.
- Planificar el flujo de caja: con la inflación, el poder adquisitivo de la moneda disminuye, por lo que las empresas deben planificar cuidadosamente su flujo de caja. Esto incluye mantener una reserva de efectivo, prever el pago de deudas, anticipar cualquier impacto que la inflación pueda tener en su capacidad de pago y, considerar en algunos casos la renegociación de las condiciones de pago de algunos de nuestros proveedores para asegurarse de que éstas estén actualizados, sean justos y no poner en riesgo nuestra cadena de suministro.
Efectivamente, estas medidas desarrolladas anteriormente nos deben ayudar a reforzar la resiliencia y gestionar el escenario de inflación, pero recordar que cada empresa y situación es única, por lo que es recomendable adaptar estas estrategias a las necesidades y características de cada organización. Un departamento de Compras bien organizado, preparado y preparada puede ser ( y es) un activo valioso para enfrentar los desafíos del mercado actual y maximizar las oportunidades de crecimiento y éxito.